Reforma migratoria: Los extranjeros no van a poder ni estudiar ni chorear, eso solo queda reservado para el gobierno
REFORMA MIGRATORIA, En una nueva demostración de que en Argentina el cinismo tiene rango ministerial, el gobierno avanza con una reforma migratoria que busca cerrar las puertas, blindar las aulas y marcar territorio… pero no para frenar la corrupción, sino para que no haya competencia en el choreo institucionalizado.
REAL POLITIK
Tomy Selastra
5/25/20252 min read


Reforma migratoria: Los extranjeros no van a poder ni estudiar ni chorear, eso solo queda reservado para el gobierno
En una nueva demostración de que en Argentina el cinismo tiene rango ministerial, el gobierno avanza con una reforma migratoria que busca cerrar las puertas, blindar las aulas y marcar territorio… pero no para frenar la corrupción, sino para que no haya competencia en el choreo institucionalizado.
La normativa, presentada como un avance en "control y orden migratorio", en realidad parece más bien un casting cerrado para el crimen económico: el extranjero no califica. Porque si algo quedó claro, es que estudiar gratis o cometer delitos menores es patrimonio exclusivo de los nacidos y criados bajo bandera celeste y blanca (sobre todo si tienen sellito político).
“No queremos más gente que venga a aprovecharse del Estado”, dijo un funcionario que, irónicamente, tenía tres asesores con cargos en planta permanente y oficina sin ventanas.
Manual del buen migrante según el gobierno
La nueva normativa exige:
Solvencia económica (pero no mucha, así no te querés quedar)
Ausencia de antecedentes penales (a diferencia de varios funcionarios)
Justificación educativa o laboral (con formulario en .doc de 14 páginas sin tabulación)
Estudiar en universidades públicas también será más difícil. Ya no alcanza con tener ganas de progresar: ahora hay que traer carpetita, legalizaciones, traductor, garantía propietaria y un resumen en inglés.
Porque en Argentina, estudiar gratis es para todos… salvo que tengas pasaporte extranjero y ganas de leer.
El choreo, reservado
Lo más llamativo es que mientras se endurecen las condiciones para migrar, no se ajustan los controles para licitaciones truchas, contratos fantasmas ni transferencias sospechosas entre organismos públicos y ONGs amigas.
Como dijo un meme viral: “No se puede chorear si sos extranjero, para eso hay que ganar elecciones.”
La doble vara es tan visible que hasta los cajeros automáticos la notan. El mensaje es claro: el que viene de afuera tiene que portarse bien, estudiar poco y agradecer el favor. Mientras tanto, desde adentro, los que ya están acomodados siguen facturando en nombre de la patria, con cédula trucha y firma digital.
Un país que se achica desde la trinchera equivocada
La política migratoria, lejos de apuntar a la integración o la seguridad real, parece diseñada por un grupo de funcionarios que confunden frontera con billetera. Si tenés dólares, bienvenido. Si traés conocimientos, pasá por mesa de entradas. Si venís por esperanza... volvé cuando termine el ajuste (o sea, nunca).
"Argentina para los argentinos" suena muy patriótico… hasta que descubrís quiénes son los argentinos que manejan todo.
Conclusión: soberanía sí, pero para facturar
En resumen: estudiar, acceder a salud, tener una oportunidad… cada vez más restringido si venís de otro país. Pero chorear, afanar un viático, licuar un presupuesto o meter parientes en cargos: eso sigue siendo exclusivo del club de siempre.
En Argentina no hay racismo, dicen. Hay monopolio del delito. Y se defiende con reformas. Para que ningún extranjero venga a ocupar el lugar de nuestros chorros de confianza.
Bienvenidos a la nueva era migratoria: más papeles, menos derechos… y la corrupción, por ahora, sigue sin fronteras.