El problema no es perder, es la cara de boludo que te queda al otro día
ELECCIONES EN CABA, A veces el problema no es la derrota. Es la cara con la que la enfrentás. La cara de boludo. Esa que se pone sola, sin filtro, cuando la realidad te pasa por encima como un bondi en doble fila y vos seguís de pie con cara de PowerPoint colgado.
REAL POLITIK
Enviado Especial, Tomy Selastra
5/19/20252 min read


El problema no es perder, es la cara de boludo que te queda
Enviado Especial, Tomy Selastra
A veces el problema no es la derrota. Es la cara con la que la enfrentás. La cara de boludo. Esa que se pone sola, sin filtro, cuando la realidad te pasa por encima como un bondi en doble fila y vos seguís de pie con cara de PowerPoint colgado.
En el búnker del PRO, el domingo por la noche, no hubo catarsis. No hubo furia. No hubo nada. Solo esa mezcla entre resignación con luz de LED y el silencio incómodo de gente que supo tener el poder y ahora apenas junta retuits. Las fotos lo dicen todo. Mauricio Macri aplaudiendo a una mujer que no pudo ni levantar los 20 puntos. Ritondo tragando en seco. Y Lospennato… ah, Lospennato. Esa cara que parece una tesis de ciencia política hecha meme.
El macrismo perdió la ciudad de Buenos Aires, o mejor dicho: la entregó, la rifó, la dejó ir como quien se olvida el Tupper en casa ajena. Lousteau les pintó la cara con brocha fina, mientras Bullrich en la otra punta miraba como quien lee una necrológica propia.
Todo fue tan triste que ni los trolls lo pudieron remontar. En las redes, el meme se hacía solo: “Mauricio se ríe como si estuviera en el casamiento de otro”. Y la gente comentaba con esa mezcla de crueldad y goce que solo despiertan las derrotas ajenas.
¿Dónde está la épica, el relato, el proyecto? ¿Qué quedó del partido amarillo? Ni un flyer. Ni una frase pegadiza. Ni siquiera un enemigo claro. Ahora que Milei les sacó los votantes por derecha y el kirchnerismo se volvió fantasmal, el PRO no pelea contra nadie. Ni siquiera entre ellos. Solo están ahí, apilados como muebles que nadie se anima a tirar pero ya no combinan con nada.
Lospennato lo dijo con los ojos: “Nos quedamos afuera”. Macri lo supo y sonrió como quien ya no quiere estar, pero no puede decirlo. Y Santilli, bueno... Santilli existe, según fuentes.
La política argentina es cruel con los ex ganadores. Hoy sos jefe de campaña, mañana te ignoran en la fila del café. Y eso que algunos todavía creen que 2025 está a la vuelta de la esquina. Puede ser. Pero mientras tanto, la cara no se borra. Esa cara que deja el cachetazo del electorado cuando ni siquiera te odian: simplemente te ignoran.
Y ahí está el verdadero drama del PRO. No que perdieron. Sino que ya no importan. Como una foto sin likes. Como una promesa rota que ni da bronca. Como un gobierno que fue.
Porque en política, como en la vida, el problema no es perder. Es la cara de boludo que te queda al otro día.