Alquileres: el mercado se autolubrica… ahora los dueños de inmuebles te pueden culear más fácil
La libertad avanza. Pero no como slogan de campaña, sino como el aceite que faltaba en el engranaje inmobiliario argentino. Porque ahora sí, el mercado se autolubrica: fluye suave, sin interferencias del Estado, sin frenos morales, y con una elasticidad que haría sonrojar a cualquier yogui financiero.
GENERALES
Por Redacción Bizcochera
5/25/2025


Desde que se derogó la Ley de Alquileres, la utopía del mercado perfecto tomó forma en tiempo récord. Se acabaron los contratos de tres años, los índices regulados, los topes en los aumentos. Se acabó la fantasía del inquilino ciudadano. Lo que queda es esto: un espacio de negociación libre… entre desiguales.
Nueva era, nuevas reglas (y todas las pone el dueño)
Bienvenidos al juego donde:
Los precios se fijan por capricho o por el horóscopo del propietario.
Los contratos se ajustan al dólar blue, al índice del miedo o a la cara de boludo con la que llegaste a la entrevista.
La garantía ya no es un requisito: es una humillación con papelería.
¿Querés vivir? Traé recibos, ADN limpio y ganas de decir “sí, señor”. Porque ahora los dueños te pueden culear más fácil, y sin siquiera sacarse los zapatos.
La lubricación perfecta del mercado libre
El mercado se autolubrica con saliva de manual de economía. Todo encaja. Todo resbala. Todo se acomoda… para el que ya tiene.
El propietario, empoderado por la desregulación, puede:
Subir el precio cada tres meses.
Echarte si le pintó que su sobrino quiere el depto.
Cobrarte expensas extraordinarias, gastos ordinarios, y tu dignidad en cuotas.
Porque ahora el mercado no tiene freno de mano. Tiene vaselina.
Y los inquilinos...
Los inquilinos descubren cada día un nuevo nivel de indefensión. No solo hay que competir por departamentos que parecen calabozos temáticos, sino hacerlo en silencio, con traje de esclavo voluntario.
En grupos de WhatsApp se comparten capturas de alquileres por $500.000 + dos meses de depósito + tres de comisión + la renuncia simbólica a toda expectativa de vida digna.
Un inquilino relató que le pidieron:
Certificado de soltería.
Examen psicológico.
Promesa de no usar la cocina más de dos veces por semana.
Conclusión: lubricados, pero no relajados
El sueño del libre mercado se cumplió. Pero no trajo justicia, ni eficiencia. Trajo contratos por 6 meses, aumentos sin lógica y una clase propietaria que ahora te puede culear más fácil, más rápido y con el respaldo del boletín oficial.
Porque el mercado se autolubrica…
pero la vaselina siempre la pone el inquilino.
Alquileres: el mercado se autolubrica… ahora los dueños de inmuebles te pueden culear más fácil
Por Joaco del Garzo
La libertad avanza. Pero no como slogan de campaña, sino como el aceite que faltaba en el engranaje inmobiliario argentino. Porque ahora sí, el mercado se autolubrica: fluye suave, sin interferencias del Estado, sin frenos morales, y con una elasticidad que haría sonrojar a cualquier yogui financiero.